-
Arquitectos: Rudolf Müller
- Año: 2014
-
Fotografías:KIVA
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La conversión de la construcción de una antigua cochera, taller de carrocería y tienda de pintura en una sucursal de una empresa de venta de hardware y mecanizado de metales, forma parte de los proyectos en que uno simplemente necesita hacer una interminable búsqueda de la relación entre la arquitectura y su entorno, junto con un desarrollo histórico y futuro.
El objetivo no debe llevarse a cabo necesariamente a partir de las decisiones tomadas anteriormente, por el contrario, debiera ser a partir de debates críticos con expertos, para seleccionar la mejor solución en apariencia y sentir el apoyo del cliente. Posteriormente, todo el proceso resulta en la ausencia de extremos, es decir, la exposición de una arquitectura unilateral y sin sentido y una solución unificada y universal, con esfuerzos persistentes para reducir el presupuesto a cualquier precio.
En este caso particular, la confianza mencionada más arriba se manifiesta en tres aspectos principales para determinar el enfoque general de la reconstrucción. El primero es el efecto del entorno en el edificio, es decir, la influencia que define la expresión del propio edificio. Así, el entorno desolado, que se caracteriza principalmente por una carretera muy transitada, convenció a todos los grupos de interés, que la mejor idea era convertir el edificio hacia el interior.
Se generó un atrio en uno de los puntos centrales del edificio, con casi todo el interior girando hacia él. Aquí, el inversor volvió a demostrar su tolerancia, al permitir un enfoque poco convencional de arquitectura del paisaje. Debido a esto, el atrio alberga una gran roca para que gradualmente se cubra con musgo. Al compararlo con otros diseños más convencionales, esto proporciona una impresión más refinada, más correspondiente a la función de la misma empresa.
La fachada perimetral pareciera ser utilitaria, a excepción de la zona de entrada hecha de una rejilla de acero laminar cuyos segmentos verticales recurren al punto de enfoque situado en la zona del atrio. Así, es posible echar un vistazo al interior desde cualquier punto en frente de la rejilla de acero, sin embargo, en perspectiva, la misma grilla crea una masa enfatizando el punto de entrada mediante una protuberancia.
Hay dos razones detrás de esta solución: la protección de grandes muros acristalados y una clara identificación del edificio como una sucursal de una empresa que trabaja principalmente con acero. El diseño final es el resultado de muchas horas de reflexión y búsqueda de proporciones y formas ideales. Después de todo, se trata de un diseño paramétrico complejo y funcional basado en una solución personalizada flexible.
Sin embargo, el enfoque del inversor tiende a reflejarse más en el trabajo de detalles, participar en el proceso de diseño, separando las soluciones de calidad de las soluciones a medias. No es común en estos días tener la posibilidad de completar el proyecto hasta el último detalle.
A pesar de una cantidad adecuada de compromiso, el autor tuvo éxito en la aplicación de un enfoque unificado, no sólo a la construcción de la cubierta, sino también a la solución interior en general. Además de los muebles, el proyecto también incluye el diseño gráfico de los elementos de orientación, el desarrollo del concepto de la sala de exposición, o el diseño integral de la cristalería y vajilla incluyendo los propios accesorios. Este carácter coherente es el resultado de una intensa cooperación de todas las partes interesadas, en no tener miedo a discutir y mostrar la confianza en el otro.